Estoy triste… por ahora

El tiempo es la forma en que gastamos la vida

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No te preocupes por el paso del tiempo

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Ocúpate de tus pasos por el tiempo
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¿Tienes tiempo para ti?

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Haz una lista de las cosas que te hacen feliz y luego haz una lista de las cosas qué haces todo los días, compara las listas. Ajustar como corresponda.
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Disfruta de tu presente

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Nunca volverás a ser tan joven como en este momento.

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Estrés

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Vivir apurado para estar en todos lados,
(pero no estar en ninguno)
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Las cosas son como son

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Sufrimos porque las hemos imaginado distintas

¿Buena suerte o mala suerte? Quién sabe

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Había una vez un hombre que vivía con su hijo en una casita del campo. Se dedicaba a trabajar la tierra y tenía un caballo para la labranza y para cargar los productos de la cosecha, era su bien más preciado. Un día el caballo se escapó saltando por encima de las bardas que hacían de cuadra. El vecino que se percató de este hecho corrió a la puerta de nuestro hombre diciéndole:

-Tu caballo se escapó, ¿qué harás ahora para trabajar el campo sin él? Se te avecina un invierno muy duro, ¡qué mala suerte has tenido!

El hombre lo miró y le dijo:

-¿Buena suerte o mala suerte? Quién sabe.

Pasó algún tiempo y el caballo volvió a su redil con diez caballos salvajes con los que se había unido. El vecino al observar esto, otra vez llamó al hombre y le dijo:

-No solo recuperaste tu caballo, sino que ahora tienes diez caballos más, podrás vender y criar. ¡Qué buena suerte has tenido!

El hombre lo miró y le dijo:

-¿Buena suerte o mala suerte? Quién sabe.

Más adelante el hijo de nuestro hombre montaba uno de los caballos salvajes para domarlo, cayó al suelo partiéndose una pierna. Otra vez el vecino fue a decirle:

-¡Qué mala suerte has tenido! Tu hijo se accidentó y no podrá ayudarte, tú ya eres viejo y sin su ayuda tendrás muchos problemas para realizar todos los trabajos.

El hombre, otra vez lo miró y dijo:

-¿Buena suerte o mala suerte? Quién sabe.

Pasó el tiempo y en ese país estalló la guerra con el país vecino de manera que el ejército iba por los campos reclutando a los jóvenes para llevarlos al campo de batalla. Al hijo del vecino se lo llevaron por estar sano y al de nuestro hombre se le declaró no apto por estar imposibilitado. Nuevamente el vecino corrió diciendo:

-Se llevaron a mi hijo por estar sano y al tuyo lo rechazaron por su pierna rota. ¡Qué buena suerte has tenido!

Otra vez el hombre lo miró diciendo:

-¿Buena suerte o mala suerte? Quién sabe.

Encuentra tu equilibrio

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Cuando entendamos que no es un día más sino un día menos. Empezaremos a valorar Lo que realmente importa.

Si no tienes tiempo…

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Si tienes tiempo medita 10 minutos al día. Si no tienes tiempo, medita una hora.

Ser positivo…

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Ser positivo no significa que no puedas tener pensamientos negativos.
Solo significa que no dejas que esos pensamientos tomen el control de tu vida.

La enfermedad de estar ocupado

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Hace unos días me encontré con una buena amiga. Me detuve para preguntarle qué tal le iba y saber cómo estaba su familia. Puso los ojos en blanco, miró hacia arriba y en voz baja suspiró: “Estoy muy ocupada… muy ocupada… demasiadas cosas ahora mismo.” Poco después, le pregunté a otro amigo y le pregunté qué tal estaba. De nuevo, con el mismo tono, la misma respuesta: “Estoy muy ocupado, tengo mucho que hacer.” Se le notaba cansado, incluso exhausto.

Y no sólo nos pasa a los adultos. Cuando nos mudamos hace diez años, estábamos emocionados por cambiarnos a una ciudad con buenos colegios. Encontramos un buen vecindario con mucha diversidad de gente y muchas familias. Todo estaba bien. Después de instalarnos, visitamos a uno de nuestros amables vecinos y les preguntamos si nuestras hijas podrían conocerse y jugar juntas. La madre, una persona realmente encantadora, cogió su teléfono y empezó a mirar la agenda. Pasó un rato deslizando la pantalla y al final dijo: “Tiene un hueco de 45 minutos en las próximas dos semanas. El resto del tiempo tiene gimnasia, piano y clases de canto. Está muy ocupada.” Los hábitos destructivos empiezan pronto, muy pronto.

¿Cómo hemos terminado viviendo así? ¿Por qué nos hacemos esto a nosotros mismos? ¿Por qué se lo hacemos a nuestros hijos? ¿Cuándo se nos olvidó que somos “seres” humanos y no “haceres” humanos? ¿Qué pasó con el mundo en el que los niños se ensuciaban con barro, lo ponían todo perdido y a veces se aburrían? ¿Tenemos que quererlos tanto como para sobrecargarlos de tareas y hacerles sentir tan estresados como nosotros? ¿Qué pasó con el mundo en el que podíamos sentarnos con la gente que más queremos y tener largas conversaciones sobre nosotros mismos, sin prisa por terminar?¿Cómo hemos creado un mundo en el que tenemos más y más cosas que hacer con menos tiempo libre (en general), menos tiempo para reflexionar, menos tiempo para simplemente… ser?

Sócrates dijo: “Una vida sin examen, no merece ser vivida.

¿Cómo se supone que podemos vivir, reflexionar, ser o convertirnos en humanos completos si estamos constantemente ocupados? Esta enfermedad de estar “ocupado” es intrínsecamente destructiva para nuestra salud y bienestar. Debilita la capacidad de concentrarnos completamente en quienes más queremos y nos separa de convertirnos en el tipo de sociedad que tan desesperadamente clamamos. Desde los años 50 hemos tenido tantas innovaciones tecnológicas que nos prometimos hacer nuestras vidas más fáciles, más rápidas, más sencillas. Aun así, hoy no tenemos más tiempo disponible que hace algunas décadas.

Para algunos de nosotros, “los privilegiados”, las líneas entre el trabajo y la vida personal desaparecen. Siempre estamos con algún aparato. Todo el tiempo. Tener un smartphone o un ordenador portátil significa que deja de existir la división entre la oficina y nuestra casa. Cuando los niños se van a la cama, nosotros nos conectamos. Una de mis rutinas diarias es revisar una avalancha de correos. Estoy constantemente enterrado bajo cientos y cientos de correos, y no tengo ni la más remota idea de cómo detenerlo. He intentado diferentes técnicas: respondiendo sólo por las mañanas, no respondiendo los fines de semana, diciéndole a la gente que nos comuniquemos cara a cara… Pero siguen llegando, en cantidades ingentes: correos personales, correos del trabajo, incluso híbridos. Y la gente espera una respuesta a esos correos. Ahora, resulta que quien está demasiado ocupado soy yo.

La realidad es muy diferente para otros. Para algunos, tener dos trabajos en sectores mal pagados es la única forma de mantener una familia a flote. El veinte por ciento de los niños de EE.UU. viven en la pobreza y muchos de sus padres trabajan por salarios mínimos para poner un techo sobre sus cabezas y algo de comida en la mesa. También están muy ocupados. Los viejos modelos (incluyendo el del núcleo familiar sólo con un padre trabajando, si es que tal cosa alguna vez existió) ha pasado de largo para muchos de nosotros. Sabemos que existe una mayoría de familias en las que la unidad familiar está separada o con ambos padres trabajando. Y no funciona. No tiene que ser así.

En muchas culturas musulmanas, cuando quieres preguntarle a alguien qué tal le va, dices: en árabe, ¿Kayf haal-ik? o, en persa, ¿Haal-e shomaa chetoreh? ¿Cómo está tu haal? ¿Qué es ese haal por el que preguntas? Es una palabra para preguntar por el estado transitorio del corazón de uno. En realidad preguntamos “¿Cómo está tu corazón en este momento exacto, en este mismo suspiro? Cuando nosotros preguntamos “¿Qué tal estás?”, esto es exactamente lo que queremos saber de la otra persona.

No pregunto cuántas cosas tienes por hacer, no pregunto cuántos correos tienes pendientes de leer. Quiero saber cómo estás en este preciso momento. Cuéntame. Dime que tu corazón está contento, dime que tu corazón está dolorido, que está triste y que necesita contacto humano. Examina tu propio corazón, explora tu alma y después cuéntame algo sobre ambos. Dime que recuerdas que sigues siendo un ser humano, no sólo un “hacer” humano. Dime que eres algo más que una máquina completando tareas. Ten esa charla, ese contacto. Ten una conversación sanadora, aquí y ahora. Pon tu mano en mi hombro, mírame a los ojos y conecta conmigo por un segundo. Cuéntame algo sobre tu corazón y despierta al mío. Ayúdame a recordar que yo también soy un ser humano pleno que necesita contacto con otros humanos.

Enseño en una universidad en la que hay muchos estudiantes orgullosos de sí mismos con el estilo de vida “estudiar mucho, desfasar mucho”. Esto probablemente podría ser un reflejo de buena parte de nuestro estilo de vida. No tengo soluciones mágicas. Lo único que sé es que estamos perdiendo la capacidad de vivir una vida plena. Necesitamos una relación diferente con el trabajo y la tecnología. Sabemos lo que queremos: una vida con significado, sentido de humanidad y una existencia justa. No es sólo tener cosas. Queremos ser completamente humanos.

B. Yeats escribió una vez: “Se necesita más coraje para escudriñar los rincones oscuros de tu propia alma que para luchar en un campo de batalla.”

¿Cómo se supone que vamos a examinar los rincones oscuros de nuestra alma si no tenemos tiempo? ¿Cómo podremos vivir una vida sujeta a examen? Siempre soy prisionero de la esperanza, pero me pregunto si estamos dispuestos a reflexionar sobre cómo hacerlo y sobre cómo vivir de otra manera. De alguna forma, necesitamos un modelo diferente de reorganización individual, social, familiar y humanitario. Quiero que mis hijos se ensucien, que lo ensucien todo y que incluso se aburran. Quiero que tengamos un tipo de existencia en el que podamos detenernos por un momento, mirar a otras personas a los ojos, tocarnos y preguntarnos mutuamente ¿cómo está tu corazón?. Me estoy tomando tiempo para reflexionar sobre mi propia existencia; estoy lo suficientemente en contacto con mi propio corazón y alma para saber cómo me siento y para saber cómo expresarlo.

¿Cómo está tu corazón hoy? Déjame insistir en un tipo de conexión humano-a-humano en la que cuando uno de nosotros responda “Estoy muy ocupado”, podamos responder “Lo sé. Todos lo estamos. Pero quiero saber cómo está tu corazón.”

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Fuente: Omid Safi

Jamás olvides…

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Jamás olvides que tu vida es más grande que tus miedos. Que tus fuerzas son mayores que tus dudas. Que aunque tu mente esté confundida, tu corazón siempre sabrá la respuesta. Con el tiempo lo que hoy es difícil, mañana será un tesoro. Pelea por lo que realmente te llene el alma, y ten la virtud de saber esperar, porque todo lo que tiene que ser ¡SERÁ!

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El día que comprendí…

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…que lo único que me voy a llevar es lo que vivo, empecé a vivir lo que me quiero llevar.

LA CASA IMPERFECTA

Resultado de imagen de casa imperfecta“Un maestro de construcción, ya entrado en años, estaba listo para jubilarse y disfrutar de su tiempo libre. Le contó a su jefe sobre sus planes de llevar una vida más placentera con su esposa y su familia. Iba a extrañar su salario mensual, pero necesitaba retirarse; ya se las arreglarían de alguna manera. El jefe se dio cuenta de que era inevitable de que su buen empleado dejara la compañía y le pidió, como favor personal, que hiciera un último esfuerzo: construir una casa más.

El hombre accedió y comenzó su trabajo, pero sólo pensaba en lo que vendría después, tenía ganas de acabar y no estaba poniendo el corazón en lo que hacía. Utilizaba materiales de inferior calidad, los errores se pasaban más por alto, total es la última. Y todo se hacía con prisa, “cuando antes acabe antes disfrutaré”. Cuando el albañil terminó el trabajo, el jefe fue a inspeccionar la casa y de repente le extendió las llaves de la puerta principal. “Esta es ahora tu casa -dijo-. Es un regalo para ti por todo lo que has hecho por la compañía. Muchas gracias por tu dedicación”. El albañil se vino abajo, toda la vida haciendo un trabajo impecable, y ¡ahora tendría que vivir en el desastre de casa que él mismo había hecho!”.

La vida de ahora es el resultado de nuestras actitudes y elecciones del pasado. Tú vida de mañana será el resultado de tus actitudes y elecciones de hoy. Y es que la vida está formada por infinitos pequeños momentos que definen quienes somos, qué hacemos y cómo lo hacemos. Cada día clavamos un clavo, levantamos una pared o edificamos un techo. Muchas veces no valoramos nuestra rutina diaria. No damos lo mejor de nosotros porque ansiamos terminar, no tenemos tiempo o ganas; en el trabajo, en el cuidado personal, en el trato con el otro, etc. Esperamos que después ya cambiara todo. Pero ese después muchas veces nunca llega. Y nos pasamos el día a día viviendo en una casa a medias. Construye tu “casa” (vida) poniendo tu corazón en ello, viviendo cada instante cómo único y valioso, porque ese después quizá no llegue nunca, de hecho ahora mismo no existe, el AHORA es lo único que necesitas ¡disfrútalo!.

Y tú, ¿de quién eres?

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